Todos sabemos, que una persona que no esté aseada o que ande con la
ropa sucia nos puede provocar cierta repulsión, por lo que la higiene
no solo es básica en nuestra salud, si no que a la vez tiene una
importante carga cultural. Así mismo, los excesos no son buenos, y el
exceso de higiene tampoco, aunque suene ilógico, puede provocar alergia.
Y todo esto, se debe a que nuestro sistema inmunológico se refuerza cuanto más trabaja. Nuestra piel
trabaja a diario con los anticuerpos y eso es lo que la mantiene
alerta. Pero si nosotros nos lavamos, estamos expuestos a bacterias que
antes nuestras defensas conocían y eliminaban y que ahora, por falta de
costumbre, nos atacan y provocan enfermedades tales como rinitis, dermatitis o asma.
Por ejemplo en el caso de los bebes
es donde más lo podemos apreciar, no creas que cuanto mas limpio tienes
a tu bebé, mas sano será, por que cuando un bebé se cría en un entorno
totalmente higiénico tendrá un sistema inmunológico debilitado que no ha
aprendido a combatir con los agentes externos, por lo que, en lugar de
evitar las enfermedades como un simple resfriado, los dejaremos mas propensos a contraer otras que pueden ser, a la larga, más graves y crónicas.
Por
otra parte, las bacterias se acostumbran a los productos de limpieza y
se hacen más y más resistentes. Por lo que si tenemos un bebé, debe
bañarse con agua
solamente durante su primer año de vida ya que así conserva las
defensas naturales de la piel, o como mucho, con algún jabón neutro. La
pérdida de la grasa natural provoca excemas, resecamiento de la piel y
agrietamiento.
Para no correr estos riesgos, sigue un cuidado
básico como hidratar la piel y que no permanezca húmeda, esto puede
ayudarnos más que ducharnos con jabón varias veces al día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario