18 may 2013

FFP. Fecha Probable de Parto


Sobre las FPP (fecha probable de parto) y contra ellas

la fecha probable de parto
Esta soy yo el día de mi primer parto
Hoy es lo que llaman mi fpp, es decir, la fecha probable de parto, cuando en teoría se cumplen 38 semanas desde la concepción y “se cumple”, así que me parece un buen día para hablar de las situaciones absurdas que se dan con estos cálculos y cómo el marcar una fecha precisa puede acarrear daños para la madre y el bebé.

¿Cómo se calcula la FPP?

En realidad hoy es la FPP que yo he calculado conociendo el día de la concepción, que además coincide con las dos semanas de rigor que se calculan desde la fecha de la ultima menstruación (llamada por los médicos FUR). Pero en la primera ecografía el técnico me cambió la fecha adelantándola cuatro días, con lo que según la Seguridad Social y lo que consta en mi historial es que ahora mismo estoy de 40 semanas y 4 días.  Esta es la primera incongruencia que se da con la FPP, que es imposible de calcular. El ecógrafo tomo mediciones (que además nunca son demasiado exactas) de mi bebé en ese momento y determinó que si la cabeza le medía tanto, el fémur tanto y el abdomen tanto, pues entonces en lugar de 13 semanas pues estaba de 13+4. Es fácil adivinar que diferentes fetos en el mismo día de gestación van a tener distintas medidas, de hecho mi hija en la última ecografía era como si estuviese de dos semanas más por las medidas, pero ellos se rigen por unas tablas inamovibles. En mi caso, yo conocía la fecha de concepción porque había estado de viaje, es decir, que era imposible que yo estuviera de 13+4, pero las mediciones son las mediciones y eso es lo que quedó.
Por otra parte, basarse en la fecha de última regla para conocer la FPP tampoco tendría sentido, pues lo que debería ser más indicativo (que tampoco) es la duración de la gestación,
y esta no comienza en la última menstruación, sino en la concepción. Se parte de la base de que la concepción se da dos semanas después de la menstruación, y así es en muchos casos. Pero hay mujeres con ciclos menstruales de 25 días y otras con ciclos de 40, con lo que dos mujeres que hayan tenido la menstruación al mismo tiempo pueden haber concebido con dos semanas de diferencia.

¿40 semanas?

Es posible que la idea de que la duración de un embarazo deba ser de 40 semanas tampoco es del todo acertada. Actualmente se calcula que la gestación dura aproximadamente 38 semanas desde la concepción hasta el parto, más otras dos semanas que se cuentan desde la última menstruación hasta el momento en que se fecunda el óvulo (como hemos visto, esto ya es bastante relativo) . Pero ¿de dónde viene esto?
La idea proviene de la medición que se ha tomado desde la antiguedad de que los embarazos suelen durar un poquito menos de diez meses lunares, contando desde la última menstruación hasta el parto, cálculo que es bastante aproximado. Sin embargo, en el siglo XIX un obstetra llamado Franz Naegele “actualizó” este cálculo, a primera vista de una forma lógica: si un mes lunar tiene 4 semanas, 10 meses lunares son 40 semanas. El problema es que un mes lunar no son exáctamente 28 días, sino 29,50 por lo que diez meses lunares no son 280 como se calculan normalmente, sino 295 días, por lo que se deduce que la duración normal del embarazo es más larga de lo que estamos calculando.
En un estudio de 1990 se descubrió en un estudio que la media de días que pasaba entre la concepción y el parto era de 274 días en primíparas. Sumándole 14 días desde la menstruación el resultado es de 288 días en lugar de los 280 que ahora tenemos como referencia. Es decir, parece que la duración media del embarazo para el primer hijo sería de lo que ahora marcamos como 41+1.

¿Y cómo repercute esto en la madre o el bebé?

Lo que podría (y debería) ser una fecha meramente anecdótica para que la madre sepa más o menos en qué fechas vendrá su bebé es, debido a los protocolos inadecuados, muchas veces causa de inducciones y/o cesáreas. La duración normal del embarazo está entre 37 y 42 semanas, pero en muchos centros, una vez pasadas las 41 semanas se plantean las inducciones e incluso las cesáreas programadas. La embarazada que se acerca a esta fecha que, como hemos visto, en muchos casos ni siquiera está bien calculada, comienza a sentirse ansiosa y a menudo temerosa por el desenlace de su embarazo. El tener una fecha concreta como límite antes de ser sometida a una intervención hace que su nivel de nerviosismo crezca, lo que sin duda no favorece el ponerse de parto espontáneamente. Muchas empiezan a seguir todos los consejos, buenos o malos, para que el proceso comience por sí mismo: grandes caminatas, sexo, chocolate, subir y bajar escaleras, comida picante, estimular los pezones…. En ocasiones la matrona o ginecólogo practicarán a la embarazada lo que se llama “maniobra de Hamilton”. Esta maniobra, perpetrada incluso sin conocimiento ni consentimiento de la mujer consiste en separar manualmente las membranas de la bolsa amniótica de las paredes del útero durante un tacto vaginal, normalmente bastante doloroso,  y puede hacer que se desencadene el parto en pocas horas, aunque no siempre es efectiva.
La fecha en la que los centros deciden inducir en España varía entre las 41 y las 42 semanas. Las razones que se han aducido hasta la fecha es que cuando más largo es el embarazo más probabilidades hay de muerte intra-útero, pero las últimas investigaciones han refutado este extremo y demostrado que no hay un riesgo mayor por permitir llegar a las 42 semanas. A los médicos les preocupa que la placenta envejezca y que no llegue suficiente oxígeno al bebé, pero en caso de pasar algo no sucede repentinamente, sino que se dan antes unas señales. Es posible esperar más allá de la fpp sin poner al bebé en peligro, siguiendo unos controles (ver más abajo)

Riesgos y desventajas de la inducción

*La inducción se suele comenzar con un gel de prostaglandinas. Esta sustancia está muy presente en el semen y por eso se dice que el sexo puede desencadenar el parto. El gel utilizado en el hospital normalmente está fabricado a partir de semen de cerdo, algo de lo que nunca se informa a la mujer.
*En la mayoría de los casos esto no es suficiente (porque el bebé no está listo para nacer) y se prosigue colocando a la mujer un gotero de oxitocina sintética. Como ésta hace que las contracciones sean más seguidas y dolorosas es casi inevitable el uso de epidural y se produce una cadena de repercusiones: la mujer pierde movilidad y tiene que parir en litotomía, con el consiguiente estrechamiento del canal del parto y la ralentización de la dilatación, los medicamentos suman sus riesgors, el parto se monitoriza, aumentan la posibilidad de usar forceps o acabar en cesárea.
*El útero puede volverse hipertónico, oprimiendo al feto con contracciones muy fuertes y largas y restringiendo la cantidad de oxígeno que recibe. También hay riesgo de que el útero sufra un espasmo y el latido del bebé se altere, sufriendo taquicardia o bradicardia. Hay más riesgo de necesidad de reanimación del bebé al nacer en las inducciones. La hiperestimulación del útero podría conllevar incluso rotura uterina.
*Se da un mayor riesgo de embolia amniótica, es decir, que una burbuja de líquido amniótico entre en el torrente sanguíneo de la madre
*Por otra parte, el 50% de las inducciones falla (el porcentaje es mucho mayor en primíparas) y terminan en cesárea.

¿Cómo esperar?

Una de las principales preocupaciones de los obstetras es el envejecimiento de la placenta. La placenta, si el embarazo se prolonga más allá de las 42 semanas, puede calcificarse y no permitir el paso de oxígeno y nutrientes al bebé. También es importante valorar el estado y cantidad del líquido amniótico. La ecografía Doppler puede determinar tanto el flujo de sangre que circula por los vasos del cordón umbilical como el volumen de líquido amniótico.
Para valorar si el ritmo cardiaco fetal es normal, incluso durante las contracciones se puede utilizar la cardiotocografía fetal, es decir, la prueba de monitores o “correas”. También es posible que la matrona escuche con un doppler el latido del bebé.
Es decir, si decidimos esperar a que el parto se desencadene por sí solo, podemos solicitar una ecografía para valorar que la placenta y el líquido están bien y un control del latido cada dos días para asegurarnos del bienestar fetal.
Pero la prueba más segura de que todo va bien la puede hacer una en casa. Si al bebé le faltan oxígeno y/o nutrientes, esto provocaría un progresivo descenso en la actividad fetal, ya que el bebé no gastaría las energías que no tiene en moverse y dar patadas.
Por lo tanto la madre puede saber si el bebé se encuentra bien llevando, al final de la gestación, un registro de la actividad fetal. Del blog de la comadrona Inma Marcos:“Cada dia la madre comprobará los movimientos fetales del siguiente modo: Contará desde que se levanta por la mañana 10 movimientos fetales y se fijará en la hora en que cuenta el último. Si cada día que pasa el tiempo en sentir los 10 movimientos se alarga nos puede hacer sospechar una falta de bienestar fetal. Informar a las madres de lo siguiente: Los bebés se mueven hasta el final, cierto que el ultimo mes ya no hacen “volteretas” pero si mueven nalgas, pies , rodillas y manos. Normalmente alternan periodos de sueño de 45 minutos con periodos de actividad de unos 20 minutos. Si notan disminución de movimientos deben tumbarse de lado izquierdo y tomar algo dulce, antes de media hora el bebé se habrá movido vigorosamente, si no lo ha hecho nos han de avisar inmediatamente”

Iniciativa en Facebook

Recientemente se ha creado en Facebook un grupo llamado “no más FPPs para nuestros partos”. Estas son sus reivindicaciones:
Queremos decisiones verdaderamente informadas, información clara sobre los riesgos y las alternativas en las inducciones de parto de manera artificial.
Queremos hacer campaña sobre la falta de precisión utilizada para medir los embarazos y contra la precisión impuesta en las cuentas cada día tras las 40 semanas. Nos gustaria recordar al publico en general y a los médicos en particular que los embarazos normales acaban de manera espontanea entre las 37 y las 42 semanas
Si os interesa el tema os sugiero que os unáis, pues irán subiendo artículos y estudios sobre las fpp y las inducciones.

Más información:

*En este artículo de Jesusa Ricoy-Olariaga hay una parte llamada induciendo el miedo dedicada a este tema

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