José Luis Pérez, profesor e investigador de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, concluye con esta frase la investigación llevada a cabo con 132 niños nacidos en el Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias (HUMIC).
Pérez presentará su teoría a todos aquellos padres, madres o cuidadores de bebés que se acerquen a escuchar la charla `Jugando boca abajo mejoras el desarrollo de tu bebé´, que tendrá lugar en día 24 de noviembre, a las 18:30 horas en las Miniferias de la Ciencia y la Innovación de Gran Canaria.
Las Miniferias vienen enmarcadas en la celebración de las Semanas de la Ciencia que organiza el Gobierno autonómico a través de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI), y financiadas por el Gobierno de Canarias y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación.
El propósito de la charla, tal y como apunta el investigador “es concienciar a los padres y personas que cuidan a los bebés en el primer año de vida, de la importancia y los beneficios de poner a los niños boca abajo cuando estén despiertos y vigilados, aprovechando para jugar con ellos y estimularlos en esa posición”.
En la actualidad, tras la investigación llevada a cabo, se comprobó que los hábitos posturales de los bebés “no son los correctos” y se ha detectado que los progenitores no ponen a sus bebés boca abajo el tiempo sufuciente cuando están despiertos y vigilados, lo que ha generado un aumento en la incidencia de deformaciones craneales (plagiocefalia posicional) y retrasos psicomotores. A través de esta charla se intentará explicar esta situación y cómo revertirla con sencillas medidas que aportan “un alto rendimiento”.
Los 30 años de experiencia profesional como Fisioterapeuta Pediátrico le han otorgado a José Luis Pérez la capacidad para analizar y estudiar numerosos grupos de niños y niñas. “Todo surge debido a las anomalías que observábamos en los niños que veníamos tratando en fisioterapia pediátrica en el Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias (HUMIC). Notamos un significativo aumento en retrasos motores leves, plagiocefalias posicionales (deformidades craneales del bebé) y tortícolis”, explica.
“Contrastando datos que nos comunicaban los padres y valoraciones que realizábamos en los niños llegamos a la conclusión de que no se ponía boca abajo a los niños el tiempo suficiente y esto era debido a las medidas preventivas del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL)”. Este Síndrome es la causa de muerte más frecuente entre las 2 semanas y un año de vida del lactante, aunque la mayor incidencia se da entre el 2º y 4º mes de vida, pero siempre cuando el bebé está dormido. Desde 1992 la Academia Americana de Pediatría (AAP), viene recomendando que el bebé debe dormir boca arriba (campaña ´Back to sleep´). Esta medida ha tenido mucho éxito en la prevención del SMSL (hoy la incidencia de muerte súbita es de menos de la mitad de la que había en los años 70,80), por lo que todas la Asociaciones pediátricas y Pediatras del mundo la apoyan y recomiendan.” Por tanto nosotros defendemos que el bebé debe dormir boca arriba, pero cuando está despierto y vigilado debe estar en otras posiciones y progresivamente boca abajo. Nuestro lema es dormir boca arriba, jugar boca abajo”, añade.
La línea de investigación que ha sido el motivo de su tesis doctoral leída en julio de 2010, consistió en realizar un estudio comparativo, prospectivo y longitudinal de una muestra representativa de 132 bebés normales nacidos en el Hospital divididos en un grupo experimental (n = 35) y un grupo control (n = 97). Como instrumentos de medición, se emplearon, la Alberta Infant Motor Scale (Tabla de valoración de la motilidad gruesa) y un cuestionario a los padres para obtener información de algunas de las rutinas más comunes del bebé, hábitos posturales para dormir, y cuando está despierto, forma de alimentación, conducta, etc.
La intervención consistió en visitas a domicilio regulares al grupo experimental durante el periodo de investigación (desde la captación hasta los 9 meses) educando a los padres sobre los beneficios de la postura en decúbito prono (boca abajo), y en estimulación motora del bebé apropiada a su edad cronológica.
Se evaluaron los dos grupos en sus domicilios a los 3, 6 y 9 meses y se encontraron significativas diferencias entre los dos grupos tanto en las puntuaciones directas de la tabla Alberta como en las cifras de percentil.
Los resultados fueron notorios, a los 3 meses mientras en el grupo experimental (n = 35) todos los bebés consiguieron el sostén cefálico, en el de control (n =32) lo consiguieron 8 niños, (25%). A los 6 meses en el grupo experimental (n =35) todos daban la vuelta, la gran mayoría con rotación (91%), en el de control (n = 31) lo realizaron 21 niños, (68%), aunque una mayoría significativa lo llevaba a cabo en bloque (81%).
En el grupo experimental (n = 35) gatearon 31 niños (89%), mientras que en el de control (n = 34) solo lo consiguieron 8 el (23,5%).
Se valoraron también las plagiocefalias posicionales, a los tres meses 4 niños de 35 presentaban esta anomalía en el grupo experimental (11,43%) y 24 niños de 32, en el de control (75%). A los 6 meses persistían los 4 casos en el experimental (11,43%) y 18 de 31 en el grupo de control (58%). A los 9 meses en el grupo experimental solo quedaba 1 caso (3%), y 15 bebés de 34 en el de control (44%).
También se avalúo las plagiocefalias posicionales y debido a los resultados se constató que hay una relación inversa entre la incidencia de plagiocefalias posicionales y el hábito de poner a los bebés boca abajo desde los primeros meses de vida.
Pérez asegura que los resultados han sido tan evidentes que desde febrero de este año “doy una charla los lunes, miércoles y viernes a los padres de los bebés recién nacidos en el HUMIC para que desde el nacimiento los pongan boca abajo cuando estén despiertos y vigilados”.
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